8.10.06

La piel oscura delata incorregibles defectos de fábrica. Así, la tremenda desigualdad social, que es también racial, encuentra su coartada en las taras hereditarias.Lo había observado Humboldt hace doscientos años, y en toda América sigue siendo así: la pirámide de las clases sociales es oscura en la base y clara en la cúspide. En el Brasil, por ejemplo, la democracia racial consiste en que los más blancos están arriba y los más negros abajo. James Baldwin, sobre los negros en Estados Unidos:

-Cuando dejamos Mississipi y vinimos al Norte, no encontramos la libertad. Encontramos los peores lugares en el mercado de trabajo; y en ellos estamos todavía.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Lo más triste no es que la pirámide tenga una graduación de color muy clara (o mejor dicho, que se aclara conforme ascendemos). Lo más triste es algunas reacciones que tienen determinadas personas que se encuentran abajo. A no mucho tuve una agria discusión con una colombiana, con marcados rasgos indígenas, y que negaba taxativamente que dicha gradación de color existiera. Según ella, era incierto que en Sudamérica las clases dominantes sean blanquitos, descendientes de los criollos, mientras que los aborígenes de aquel país se encontraban sometidos a sus "inmigrantes invasores". La discusión cesó cuando esta mujer (universitaria para más) ni siquiera sabía lo que era un criollo. La ignorancia es la mejor arma del poder. Y si una universitaria de clase media es incapaz de ver (o no quiere ver) la marcada dicotomía racial que hay en Sudamérica, no quiero ni pensar qué será de las clases más desfavorecidas e ignorantes.

5:01 p. m.  

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