27.12.06

A LO LARGO DE LOS AÑOS.

Este escrito data de hace más de 20 años, aunque lo que leamos en él permanezca vigente en la actualidad, incluso más acentuadamente.

Por Ópalo.

A lo largo de los años, la mujer ha sido mostrada como una imagen estereotipada de belleza y juventud sin tener apenas en cuenta valores mucho más importantes, necesarios y duraderos en cualquier persona. Sin embargo, contrariamente, en el mundo masculino sí han sido apreciados dejando la cuestión estética en lugar secundario o como valor añadido, nunca imprescindible.

Seguramente estas cuestiones tienen su raíz en que, por causas muy diversas y sobre todo injustas, la mujer ha estado siempre inmersa en una sociedad dominada por el género masculino. De ahí, que nos hayan hecho creer que la mujer sólo existe y juega un papel cuando su apariencia está en consonancia con la moda al uso, siempre “puesta” físicamente, joven y lozana. O sea, que nos imponen un papel muy secundario y tremendamente caduco, ya que los años no perdonan y los valores están dentro de esa cabeza que, con el tiempo, es natural y súper normal que exteriormente se vaya ajando, cambiando de aspecto y madurando pero nunca anulándose, al revés.

Para uso exclusivo de la mujer salen al mercado miles de marcas con preparados para “embellecernos” por aquí y por allá, torturas que parecen chinas o poco menos, tintes, potingues mágicos y hasta pócimas asquerosas que tantas se tragan con el único fin de ¿mejorar? su aspecto y conseguir la eterna juventud. Y todo para gustar, para ser aceptadas por una sociedad que aunque con excesiva lentitud, algo va progresando y cambiando. Menos mal que gracias también a una nueva “especie femenina” ya se va notando un cierto y saludable aire de revolución, se quiere avanzar más deprisa, jugando un papel desde dentro de nosotras mismas. Se reclama un trato cuanto menos justo, que los derechos y deberes sean igual para todos. Y lo que sí es completamente imprescindible es que la mujer sea considerada para todo tipo de cuestiones como lo que exclusivamente es: un ser humano con todos los derechos. En dos palabras, una PERSONA.

Resulta increíble que estén vigentes hechos tan humillantes como “a igual trabajo menor retribución”, porque son situaciones inadmisibles e indignas, que a estas alturas deberían servir para el unánime sonrojo de la sociedad, sobre todo de la estructurada por el hombre. De todos modos, ya se comienza a ver la cabeza al lobo y si no, echemos un vistazo al índice de natalidad, por ejemplo, y de ahí deduciremos que una sociedad tan negativa para la mujer tendrá que ir asimilando comportamientos y actitudes completamente diferentes. No se puede discriminar a una persona en virtud de su sexo. Una mujer puede en un momento determinado, cuando esté desarrollando un trabajo en sociedad, tener un embarazo sin que haya que temer un despido con procedimientos tal vez solapados o del tipo que sea. Si las mujeres no tienen hijos, ¿quién los tendrá?, viviremos en una sociedad de ancianos y habremos de trabajar unos pocos jóvenes para tantos y tantos mayores. Esa sociedad no podría seguir adelante, ni tan siquiera mantenerse. Exijamos pues un apoyo, una igualdad, una aceptación de buen grado del hecho físico. De lo contrario, acabaremos siendo un mundo caduco porque ya la mujer se está concienciando de su valor en todos los terrenos y no está dispuesta a jugar siempre en desventaja.

Entonces, pongámonos todos manos a la obra, que las mujeres se revelen ante el espejo, que quieran estar bien pero según sus criterios y necesidades, nunca admitiéndolo como una esclavitud impuesta. Fomentemos valores interiores que son los válidos y desechemos cualquier imposición de terceros, y seamos seres igual de válidos que cualquiera, ya se tenga una prominente nariz, piernas en “s” o una edad madura o más que eso.

6 comentarios:

Blogger kungüimi ha dicho...

La autora de este artículo nos ha demos trado que tantos problemas siguen igual incluso peor que cuando fue escrito, desde luego no sería así si todas las mujeres se rebelasen y jugasen con otras cartas.

5:11 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Lo que yo no entiendo es cómo las mujeres aún no hicisteis una huelga general masiva para protestar contra la discriminación. Hace falta algo parecido a lo que sucedió cuando exigísteis vuestro derecho al voto. Y los hombres, por supuesto, deberíamos apoyaros.

6:19 p. m.  
Blogger araque ha dicho...

... me encanta la frase de la foto... un abrazo Teresa!

7:19 p. m.  
Blogger kungüimi ha dicho...

gracias victo por visitar mi pequeño espacio reivindicativo, es un placer, la foto es idea de jacobo, el artista, pero lo mejor es el texto que manda leches que hoy no haya cambiado nada.
Ñaño, hoy día las masas no se mueven para este tipo de cosas. Besiños

2:22 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

He de añadir que la foto pertenece a una campaña publicitaria muy polémica de los años 80. Yo sólo me limité a recordarla y a buscar el anuncio...

7:38 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Estoy absolutamente de acuerdo con le expuesto en este artículo y soy optimista de cara al futuro porque lo que se ha conseguido en poco tiempo (comparado con el transcurrido portando esas taras)es significativo, si la gota sigue cayendo sobre la misma piedra acaba horadandola y ya falta poco para que esta losa de los principios machistas se rompa. Los hombres debemos aportar nuestro grano de arena para que se llegue de una vez a ese puerto en el que la definición PERSONA se aplique sin ese espíritu lucrativo de tan nefasto valor.

9:12 p. m.  

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